domingo, 25 de marzo de 2012

El Cacto de los cuatro vientos


“San Pedro posee un simbolismo especial en el curandeismo, ya que el San Pedro está siempre en armonía con los poderes de los animales, de los seres o personajes fuertes, de los seres verdaderos, de los seres sobrenaturales”.

El cacto San Pedro, trichocereus pachanoi, es sin duda una de las plantas mágicas más antiguas de América del Sur. Su prueba arqueológica más antigua se encuentra en el norte de Perú en un templo de la cultura chavín. Casi tan antiguos son los textiles chavines que representan al cacto con figuras de colibrí y jaguar.

En la costa sur del perú hay grandes urnas de cerámica de la cultura Nazca, de 100 a.C a 500 d.C, en las que aparece el San Pedro. Cuando los españoles llegaron a Perú, el uso de trichocereus pachanoi estaba muy extendido.
El cacto se conoce como San Pedro en la costa norte del Perú, como “huachuma” en la zona norte de los andes y como “achuma” en Bolivia; la palabra boliviana chumarse (emborracharse) se deriva de achuma. También se lo conoce como Aguacolla y gigantón.
Un chamán describe los principales efectos de trichocereus pachanoi: “…la droga primero produce somnoliencia o un estado de sueño y una sensación de letargo… un ligero vértigo y después, una gran visión, un esclarecimiento de todas las facultades. Provoca un ligero adormecimiento del cuerpo, seguido de un estado de completa tranquilidad. Entonces, sobreviene una separación, una especie de fuerza visual…incluso de todos los sentidos, aún del sexto sentido, la sensación telepática de proyectarse a través del tiempo y la materia”

El ritual curativo del San Pedro
Durante el ritual los participantes están “liberador de la materia” y se inician en un vuelo a través de regiones cósmicas. Es muy posible que la siguiente descripción, hecha por un oficial español en Cuzco en el siglo XVI, se refiera a chamanes que utilizaban el San Pedro: “Entre los indios había otra clase de magos, tolerados hasta cierto punto por los incas. Estos brujos toman la forma que quieren y recorren en el aire grandes distancias en poco tiempo; ven lo que está pasando, hablan con el diablo, quien les contesta con ciertas piedras, o con otros objetos que ellos veneran”. El vuelo mágico y extático es aún característico en la ceremonia contemporánea del San Pedro.
El objetivo del chamán en su ritual curativa es hacer que su pariente “florezca” durante la ceremonia nocturna, hacer que su subconciente se “abra como una flor”, como el trichocereus p, que florece de noche. A veces los pacientes permanecen en estado de contemplación  y calma; algunas otras empiezan a bailar e incluso se arrojan al suelo convulsivamente.
Como sucede con otros alucinógenos, ésta es una planta que la naturaleza le dio al hombre para ayudarle a experimentar el éxtasis, liberación del alma en una forma tenue, simple y casi instantánea. El éxtasis es la preparación para el vuelo sagrado, que permite al hombre ser el mediador entre su existencia mortal y las fuerzas sobrenaturales e infinitas.

Preparación
Normalmente los tallos del cacto se cortan en rebanadas, como el pan, y se hierven en agua durante más de siete horas. Después de beber el San Pedro , otras hierbas medicinales, que frecuentemente sirven como ayuda para activas el poder interno del chamán.

La química del San Pedro
El alcaloide principal de trichocereus es la mescalina, responsable de los efectos alucinógenos. A partir de especímenes secos de San Pedro se ha extraído 2% de mescalina. Además, se ha aislado hordenina.


Bibliografía:
Plantas de los Dioses,  fondo de cultura económica, pgs. 166-169.

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